CLAUSURA CONGRESO SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD

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“Convertir las acciones más comunes de la vida en acciones divinas”

Santa Isabel de la Trinidad

 Del 10 al 13 de Noviembre, en el CITeS Universidad de la Mística, el pensamiento y Doctrina de Santa Isabel de la Trinidad, así como su sencillez, sensibilidad y profundidad iluminaron más de un centenar de participantes. La transmisión on-line permitió a ochenta Carmelitas Descalzas de países como España, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, Tánger, Líbano, Portugal, República Checa, seguir el Congreso muy de cerca desde sus conventos.

El P. Francisco Javier Sancho Fermín, Director del CITeS, comenzó su discurso de clausura con una cita de Santa Isabel de la Trinidad la cual, sintetizaba el espíritu vivido a lo largo del Congreso:
“Creo que en el cielo mi misión consistirá en atraer a las almas, ayudándolas a salir de sí mismas para unirse con Dios mediante un ejercicio sumamente simple y amoroso, y en mantenerlas en ese gran silencio interior que le permite a Dios imprimirse en ellas y transformarlas en Él.” (C 335 / 28-10-1906).

Seguidamente comentó: “Con estas palabras días antes de su muerte expresaba Isabel su gran proyecto de vida para la eternidad y en la última intervención nos hablaba del silencio y quizás esa debería ser la última y definitiva palabra porque es en el silencio donde acontece la verdadera transformación. A lo largo de estos días han tenido la oportunidad de ahondar en la experiencia y en el mensaje de Isabel nuestra hermana y creo que ese gran proyecto de Isabel se ha ido haciendo vida en cada uno de los participantes. Su testimonio, su cercanía, su profundidad y su sencillez se han ido manifestando en las diversas conferencias que hemos ido escuchando. Tampoco nos ha faltado la experiencia musical tan presente en expresión, en la creatividad del espíritu de nuestra Santa.
Hacer un balance global de lo que ha ido emergiendo, ciertamente no es fácil, ni lo pretendo y sería una osadía de mi parte dada la amplitud y la riqueza que ha quedado de manifiesto en cada intervención. Quizás todo ello nos ha llevado si bien de manera indirecta y aunque no era el propósito de la organización del programa, a poner de manifiesto lo que para Isabel terminó siendo su nombre, su misión y su vocación de Alabanza de Gloria. Para Isabel termina siendo la vocación y la misión de todo cristiano. Se nos hablaba de ello en la conferencia de apertura Teología y Mística de Jaime López Peñalba, de la Mística Laical que presentaba Carlos Eymar, incluso dentro de la dinámica del sufrimiento, y por supuesto dentro de la dinámica de la filiación que nos presentaba Antonio. Ser Alabanza de Gloria para Isabel es un proyecto vital y existencial que veíamos a la luz de esa biografía Teológica del P. Ciro, o esa dinámica de vida marcada profundamente por la clave litúrgica del P. Diego o la misma dimensión psicológica que quiere crecer, que quiere madurar, que quiere alcanzar a la plenitud. Una Alabanza de Gloria es vivir el realismo de la fe. Vivir en Dios como emerge también esa inspiración evangélica y Paulina de la cual también se nos hablaban los Padres Brändle y Secundino. De esa mística y existencia Trinitaria que nos presentaba el P. Rómulo. Una Alabanza de Gloria es vivir ya el gozo del cielo como quedaba de manifiesto en tantas perspectivas que se nos han presentado como en la mítica de la interioridad que nos descubre esa presencia o incluso los mismos conciertos de Alessandra Cesarini y Alfredo Vicent que nos acercaban a ese vibrar musical que nos sabe a todos a cielo. Una Alabanza de Gloria es la clave de la auténtica felicidad porque descubre a Dios como su valor absoluto. Una Alabanza de Gloria es aquella que descubre y vive la unidad interior, en el silencio y en la oración como la que nos presentaba la Hna. Irene. Una Alabanza de Gloria es aquella que vive en una continua acción de gracias”.

Con palabras de agradecimiento a los conferencistas, participantes y a su comunidad del CITeS, P. Francisco Javier, finalizó la ceremonia de clausura.